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Además del microbiota intestinal, las mujeres tenemos otro: el microbiota vaginal.
El microbiota intestinal es el ecosistema simbiótico más grande de tu cuerpo. Está compuesto por millones y millones de bacterias, tanto buenas como malas, que afectan al sistema inmunológico, la digestión, la absorción de nutrientes, el bienestar mental e incluso la salud de los órganos femeninos.
Sin embargo, el microbiota intestinal no es lo único del que debemos cuidar.
Las mujeres contamos con otro microbioma muy importante: el microbiota vaginal. Después del intestino, la vagina alberga más bacterias que cualquier otra parte del cuerpo. Este microbiota vaginal es un delicado ecosistema de bacterias que habitan en la zona íntima. Al igual que el intestinal, está formado por bacterias probióticas (beneficiosas) y una menor cantidad de bacterias patógenas (perjudiciales) que coexisten en equilibrio.
Cuando las bacterias dañinas se vuelven predominantes, pueden provocar desequilibrios e inflamación, afectando la salud íntima.
Cuidar tanto el microbioma intestinal como el vaginal es clave para mantener una buena salud general. Ambos sistemas están conectados y desempeñan un papel crucial en el bienestar femenino.
Los tipos y la cantidad de bacterias que componen el microbiota vaginal varían ligeramente de persona a persona, pero un microbioma vaginal saludable está compuesto principalmente por bacterias del género Lactobacillus.
De hecho, el 95% de la flora bacteriana íntima está constituida por las siguientes especies de Lactobacillus:
- Lactobacillus reuteri
- Lactobacillus rhamnosus
- Lactobacillus crispatus
- Lactobacillus gasseri
- Lactobacillus iners
- Lactobacillus jensenii
¿CÓMO LOS LACTOBACILLUS MANTIENEN UN AMBIENTE ÓPTIMO EN LA VAGINA?
Los *Lactobacillus* y otras bacterias beneficiosas garantizan que el ambiente íntimo sea adecuado para su supervivencia y protección. Esto lo logran de dos maneras:
1. Producción de ácido láctico
Los Lactobacillus fermentan el glucógeno presente en la mucosa vaginal, produciendo ácido láctico. Este ácido ayuda a mantener el pH vaginal en niveles normales, es decir, ligeramente ácido, lo que impide el crecimiento de hongos, bacterias dañinas y otros organismos patógenos que prosperan en ambientes más alcalinos.
2. Producción de peróxido de hidrógeno y bacteriocinas
Estas sustancias inhiben el crecimiento de cepas patógenas de bacterias y levaduras que podrían desequilibrar el microbioma natural, manteniendo así una barrera protectora.
EL MICROBIOTA VAGINAL CAMBIA A LO LARGO DE LA VIDA
Nacimiento e infancia
Durante el parto o poco después del nacimiento, los primeros microorganismos comienzan a colonizar el microbioma urogenital. Estos provienen principalmente de la madre y suelen pertenecer al género *Bifidobacterium*. En la infancia, el pH vaginal es neutro o ligeramente alcalino.
Pubertad
Con la pubertad llegan los primeros grandes cambios hormonales. Los niveles de estrógeno aumentan, lo que provoca una mayor producción de glucógeno en la mucosa íntima. Como resultado, los Lactobacillus también aumentan, produciendo más ácido láctico a través de la fermentación del glucógeno. Este proceso ayuda a proteger la salud vaginal, manteniendo el pH en niveles óptimos y previniendo infecciones.
Edad reproductiva y embarazo
Durante la etapa reproductiva, el equilibrio bacteriano en la vagina puede verse afectado por las menstruaciones, que causan fluctuaciones hormonales y cambios en el pH debido al flujo menstrual. Durante el embarazo, el microbioma vaginal cambia de manera que protege al útero de posibles infecciones.
Menopausia
La disminución de estrógenos que acompaña a la menopausia es un punto de inflexión significativo para el microbioma vaginal. La falta de estrógenos reduce la población de bacterias beneficiosas y aumenta el pH vaginal, lo que puede generar infecciones, cistitis y sequedad vaginal.
CAMBIOS QUE AUMENTAN EL RIESGO DE INFLAMACIÓN
Todos estos cambios a lo largo de las diferentes etapas de la vida femenina pueden incrementar el riesgo de inflamación vaginal. Sin embargo, no solo los cambios relacionados con la edad elevan este riesgo...
OTROS FACTORES QUE PUEDEN DESEQUILIBRAR EL MICROBIOMA VAGINAL
Estrés
La exposición prolongada a situaciones de estrés estimula la producción de cortisol, una hormona que, al mantenerse elevada por tiempo prolongado, afecta el equilibrio del cuerpo. El cortisol influye en los niveles de glucógeno en la zona íntima, lo que facilita la proliferación de bacterias patógenas.
Antibióticos
Aunque los antibióticos se utilizan para tratar infecciones vaginales como la candidiasis o la cistitis, lamentablemente también eliminan las bacterias beneficiosas que protegen los órganos femeninos. Esto puede alterar el equilibrio natural del microbioma y hacer que las infecciones reaparezcan o empeoren.
Higiene íntima inadecuada
El uso de jabones con un pH inapropiado, fragancias fuertes u otros aditivos puede alterar el equilibrio bacteriano natural y elevar el pH vaginal. El entorno vaginal debe ser ligeramente ácido, ya que un ambiente alcalino favorece el crecimiento de bacterias dañinas.
Azúcares y alimentos procesados
El consumo elevado de azúcar y alimentos ultraprocesados contribuye al desarrollo de bacterias patógenas. Un ejemplo común es la proliferación del hongo *Candida*, que puede crecer en exceso debido a la ingesta elevada de azúcares y carbohidratos refinados.
¿Qué sucede cuando se produce un desequilibrio?
DESEQUILIBRIO DEL PH Y REDUCCIÓN DE LOS LACTOBACILLUS: UN CAMINO HACIA LAS INFECCIONES
Cuando disminuye la cantidad de *Lactobacillus* y se altera el pH vaginal, la vagina se convierte en un terreno fértil para bacterias patógenas y el desarrollo de infecciones.
Los *Lactobacillus* necesitan un ambiente ligeramente ácido para sobrevivir, siendo ideal un pH vaginal de 4.5 o menos. Si el pH aumenta y se vuelve más alcalino, las bacterias beneficiosas no pueden prosperar, mientras que las patógenas encuentran un entorno favorable para multiplicarse rápidamente.
Cuando esto ocurre, es muy probable desarrollar una de las dos infecciones más comunes que afectan a las mujeres:
Vaginosis bacteriana
La vaginosis bacteriana es la infección vaginal más común en mujeres de entre la pubertad y los 44 años. Una de cada tres mujeres la padecerá al menos una vez en su vida. Esta infección se produce por el crecimiento excesivo de bacterias patógenas, y suele manifestarse con un flujo vaginal grisáceo y acuoso, acompañado de un olor desagradable.
Micosis vaginal
La micosis vaginal es una infección causada por hongos, comúnmente del género Candida. Las infecciones fúngicas son extremadamente frecuentes y pueden ocurrir en diferentes momentos de la vida, como durante la pubertad, el embarazo, el ciclo menstrual e incluso en la menopausia.
A diferencia de las infecciones bacterianas, las infecciones por hongos no suelen producir flujo con mal olor. En su lugar, se manifiestan principalmente con un fuerte picor y secreciones espesas, generalmente inodoras.
Tratamientos comunes para las infecciones vaginales
Cuando se presenta una inflamación vaginal, los médicos suelen recetar antibióticos (para tratar la vaginosis bacteriana), así como cremas, óvulos o espumas limpiadoras para tratar los síntomas.
Sin embargo, aunque estos tratamientos pueden ofrecer un alivio temporal, los problemas suelen reaparecer eventualmente, a menudo con mayor intensidad.
¿Por qué los antibióticos, óvulos y cremas no son soluciones eficaces a largo plazo?
Ni los antibióticos ni las cremas garantizan un equilibrio duradero en el microbioma vaginal. De hecho, pueden afectar negativamente al pH natural de la vagina, impidiendo la regeneración y el desarrollo de bacterias beneficiosas como los *Lactobacillus*. Los antibióticos, en particular, eliminan tanto las bacterias patógenas como las buenas, dejando un desequilibrio significativo en el microbiota, tanto vaginal como intestinal, tras el tratamiento.
Este desequilibrio puede facilitar la recurrencia de infecciones y empeorar los síntomas a largo plazo. Por ello, es fundamental centrarse no solo en tratar los síntomas, sino también en restaurar y mantener el equilibrio saludable del microbiota.
Pero entonces, ¿cómo se puede iniciar un tratamiento eficaz o incluso prevenir infecciones íntimas?
5 CLAVES PARA EQUILIBRAR LA MICROBIOTA VAGINAL Y PREVENIR INFECCIONES ÍNTIMAS
Correcta higiene íntima
Los órganos femeninos están diseñados para limpiarse solos y no es necesario interrumpir el proceso natural mediante el uso de productos químicos fuertes. Si quieres utilizar jabón, elige uno que tenga el pH adecuado.
Evite usar ropa interior sintética
No usar ropa demasiado ajustada o sintética, ya que impide la transpiración. El calor y la humedad favorecen la proliferación de hongos.
Dieta variada y equilibrada
Sigue una dieta variada y equilibrada con abundante fruta y verdura fresca, proteínas de calidad y cereales integrales. Te aconsejo que limites al máximo el azúcar y los alimentos procesados, porque favorecen el desarrollo de bacterias malas.¿Cómo puedes comenzar un tratamiento eficaz o incluso prevenir las infecciones íntimas?
5 CLAVES PARA EQUILIBRAR EL MICROBIOMA VAGINAL Y PREVENIR INFECCIONES ÍNTIMAS
1. Higiene íntima adecuada
Los órganos femeninos están diseñados para limpiarse por sí mismos, por lo que no es necesario interrumpir este proceso natural usando productos químicos agresivos. Si decides usar jabón, elige uno que tenga un pH adecuado.
2. Evitar ropa interior sintética
No uses ropa demasiado ajustada o sintética, ya que impide la transpiración. El calor y la humedad favorecen la proliferación de hongos.
3. Dieta variada y equilibrada
Mantén una dieta equilibrada y variada, rica en frutas y verduras frescas, proteínas de calidad y cereales integrales. Se recomienda limitar al máximo el consumo de azúcar y alimentos procesados, ya que favorecen el desarrollo de bacterias dañinas.
4. Cuida tu intestino
La salud intestinal no solo es fundamental para un sistema inmunológico fuerte, sino que también tiene un impacto significativo en la salud del tracto urogenital. Un desequilibrio en la flora intestinal puede provocar infecciones íntimas y cistitis.
Disfruta de probióticos que contengan *Lactobacillus* para mantener el equilibrio íntimo natural.
Puedes cuidar del microbioma íntimo de la misma manera que lo haces con el intestinal, tomando probióticos que ayuden a mantener un equilibrio adecuado entre las bacterias. Dado que la zona íntima está habitada principalmente por bacterias del género *Lactobacillus*, asegúrate de que los probióticos que elijas contengan las cepas adecuadas.
5. La comunicación entre el microbiota intestinal y vaginal
Los Lactobacillus predominan en la vagina, pero también están presentes en el intestino. Aunque su población es más pequeña en esta última, su influencia es considerable. Se encargan de mantener el equilibrio y prevenir la proliferación de bacterias "malas" como *E. coli* y *Streptococcus*. Si su número en el intestino disminuye, esto permite que los patógenos se reproduzcan en exceso.
Además, un microbioma intestinal saludable contiene bacterias beneficiosas que producen ácidos grasos de cadena corta, que mantienen un revestimiento intestinal sano y previenen la inflamación.
El microbiota vaginal e intestinal no solo comparten el mismo tipo de bacterias, sino que "comunican" entre sí todo el tiempo.
¿Cómo se comunican?
1. Proximidad física: La cercanía entre ambos permite la transferencia de bacterias del intestino a la vagina y viceversa.
2. Salud intestinal: Un intestino saludable es fundamental para reducir la inflamación en todo el cuerpo y prevenir infecciones íntimas.
Si deseas abordar las infecciones vaginales de manera eficaz y garantizar resultados a largo plazo, es muy importante apoyar el microbiota vaginal e intestinal con Lactobacillus.
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Her Biotic está compuesto por 6 cepas probióticas de Lactobacillus:
1. Lactobacillus Plantarum
Lactobacillus plantarum es conocido por su capacidad de sobrevivir en el ambiente ácido del estómago. Desempeña funciones clave en la regulación del sistema inmunitario y el control de la inflamación intestinal. Esta cepa refuerza la barrera intestinal, ayudando a prevenir la entrada de patógenos que podrían comprometer la salud. Además, L. plantarum puede digerir rápidamente proteínas dañinas, reduciendo así la respuesta inflamatoria en el cuerpo. También tiene la capacidad de absorber y retener importantes nutrientes, como ácidos grasos omega-3 y antioxidantes, lo que contribuye a la salud general.
2. Lactobacillus acidophilus
Lactobacillus acidophilus es un bacterio gram-positivo que realiza la fermentación del ácido láctico y se encuentra naturalmente en la boca, el intestino y la vagina. Es un componente fundamental de la flora vaginal normal. Esta cepa ayuda a descomponer el glucógeno en la vagina, produciendo ácido láctico y manteniendo un ambiente saludable. L. acidophilus también tiene propiedades antimicóticas, especialmente contra Candida albicans, y produce compuestos que eliminan microorganismos patógenos en el intestino delgado, contribuyendo así a la salud digestiva.
3. Lactobacillus rhamnosus
Lactobacillus rhamnosus es conocido por su capacidad para reducir el riesgo de infecciones en las vías respiratorias superiores. Se utiliza frecuentemente en el tratamiento de la diarrea asociada a gastroenteritis aguda. Además de sus beneficios digestivos, esta cepa también ayuda a combatir infecciones íntimas, contribuyendo a la salud general de las mujeres.
4. Lactobacillus reuteri
Lactobacillus reuteri es eficaz en la prevención de la diarrea provocada por el uso de antibióticos. También juega un papel importante en la salud dental, al eliminar *Streptococcus mutans*, la bacteria responsable de las caries. Esta cepa no solo apoya la salud de las encías, sino que también ayuda a combatir la gingivitis y previene una variedad de infecciones comunes, haciendo de ella un aliado clave en la salud diaria.
5. Bifidobacterium
Los probióticos de la cepa Bifidobacterium son reconocidos por su impacto positivo en la inmunidad general del organismo. Ayudan a aumentar la resistencia, regulan los niveles de colesterol en sangre y apoyan el desarrollo saludable. Además, estos probióticos tienen efectos beneficiosos contra el envejecimiento, contribuyen a la salud del hígado y ayudan a combatir la hinchazón abdominal, haciendo que sean esenciales para la salud digestiva.
6. Lactobacillus gasseri
Lactobacillus gasseri es una cepa que se ha asociado con la reducción de peso y la salud metabólica. Contribuye al equilibrio del microbioma intestinal y ayuda a mantener un sistema inmunológico fuerte. Esta cepa también tiene propiedades antiinflamatorias, que pueden beneficiar la salud en general, especialmente en mujeres. Su presencia en el microbiota intestinal puede favorecer la digestión y la absorción de nutrientes.
Cada una de estas cepas probióticas en Her Biotic ofrece beneficios específicos que apoyan la salud intestinal, vaginal y general de las mujeres. Su combinación proporciona una solución integral para mantener el equilibrio del microbiota y prevenir infecciones, promoviendo así un bienestar general.